bombucha.

el árbol está desnudo
salvo por una bolsa blanca sucia
colgada de una de las ramas
colgada de la manija
llena de agua amarillenta
¿cómo habrá llegado
esa bolsa de supermercado chino
a una rama a seis metros del suelo?
la bolsa es la única hoja del árbol sin hojas.
el plástico va a sobrevivirnos a todos.
un día la bolsa se va a caer
paf
contra el suelo
paf
o por ahí sobre una cabeza
paf
una cabeza desprevenida, inocente
(aunque no hay cabezas inocentes).
llena de agua de tormentas
de meses de lluvia
la bolsa aguanta.
aguanta. aguanta.
hasta que un día no.
y ese día capaz una cabeza
que está sobre un cuerpo
que sale del restorán de acá enfrente
que cruza por la mitad de la calle
que no sabe que la bolsa está ahí
que se sacude con el viento
y el agua.
hace frío, frío porteño
la manija no dará más
(porque las manijas vienen cada vez peor)
y caerá
justo justo sobre la cabeza.
olerá a muchos días
de agua estacionada
dentro de la bolsa colgada del árbol.
ninguna bolsa resiste mucho tiempo
los avatares de la naturaleza
paf.
la cabeza dará un paso, dos, tres,
por la calle, por el asfalto
cruzando sin mirar a los costados
mucho menos para arriba
sin escuchar el desgarro
a seis metros de altura.
será de noche, la cabeza estará desnuda,
son unos pasos nomás y no llueve tanto.
es igual: de nada sirve cubrirte la cabeza
cuando te cae una bombucha improvisada
por el destino, o lo que mierda sea
que digita
las desgracias
de los hombres.

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